miércoles, mayo 04, 2005

Recordando

Alejandro DolinaHace más o menos un año, estábamos un amigo y yo en la feria del libro.Habíamos ido con la idea de presenciar la charla que daba Alejandro Dolina ese día.
Llegando tarde, se nos dio por ir a la sala en la que se iba a dar la charla y para decepción nuestra, había una cola de más de 200 metros.
Entonces se nos ocurrió que podíamos entrar a la sala, aunque sea, para ver al doctor Kustnezoff (padre de Andy) que estaba dando una conferencia antes que el maestro Dolina.
Hasta acá todo bien.
Pero a mi amigo, se le ocurrió una brillante idea "por qué no quedarnos ahí, hasta que aparezca Dolina" lo cual en un principio, no me pareció malo, pero no estaba tan seguro de lo que quería hacer...
Así que nos quedamos.
La gente que estaba interesada en la charla sobre sexualidad se retiró y otros "vivos" nos quedamos a esperar para ver qué pasaba.
La cosa se puso un poco más caliente cuando el personal de seguridad nos pidió amablemente que nos retiráramos, por respeto a la gente que estaba haciendo cola desde temprano.
Mi amigo argumentó que veníamos desde Luján, (mentira, veníamos desde Paternal) y que era injusto que nos echaran, ya que habíamos llegado desde tan lejos, y quienes estaban a cargo de ese sector, insistía que tenían prioridad los que estaban desde temprano. (Lo cual, me parece más que razonable).
Hubo uno que decía que no se iba a ir, que tenía aguante, y que se quedaba, pero cuando apenas se acercó un policía, se quedó pegadito a la puerta de salida.
Otro dijo lo siguiente:"Hay hombres que pelean un día, y son buenos, otros pelean un mes y son muy buenos, hay hombres que pelean un año y son mejores, pero hay quienes pelean toda la vida y esos son los imprescindibles". A lo que una señora contestó, "a mi no me vengas con filosofía y retirate" jajaja
Por momentos me dieron ganas de irme, pero mi amigo me pedía insistentemente que nos quedáramos, que no se iba a ir sin ver a Dolina, que veníamos desde Luján y un largo etcétera, pero yo estaba incómodo, me sentía un garca, tengo la mala costumbre de pensar en el otro, en el pobre tipo que estuvo en la cola desde temprano.
Siguieron insistiendo en que nos vayamos, salió uno al escenario diciendo que Don Alejandro dijo que si no nos íbamos no se daba la charla, pero no le creímos.
Hasta que finalmente ahí estaba, con sus bucles, su traje y su corbata, probó el micrófono y con su tan conocido tono de voz dijo: "Por su culpa no voy a dar la charla, si mantienen su postura infantil, voy a dar la orden de suspender"
Nos encaminamos hacia la puerta, con la idea de salir, no nos quedaba otra, empezamos a sentirnos un poquito mal por lo que estábamos haciendo, mi amigo comprendió que era inútil quedarse, así que nos marchábamos, con la frente marchita.
Pero sucedió que la gente de agolpaba en las puertas de entrada (las mismas que de salida) y no podíamos salir, todos nos miraban como diciendo "por tu culpa, por tu culpa" pero lo hecho hecho estaba; la cosa no daba para más, pero lo que la gente de seguridad hizo mal, fue habilitar una sola puerta para la entrada, y nosotros no teníamos otro lugar por dónde salir así que eso fue lo que nos favoreció.
Llegó un momento en que se desbordó, la gente empezó a entrar a empujones, y nosotros definitivamente no pudimos salir así que ya que estábamos, elegimos la fila del medio, al centro (excelente ubicación) y pudimos ver después de todo este lío al gran Negro Dolina, que habló sobre fantasmas y sombras, por demás brillante.
Así que recordando todo esto, que fue larguísimo de contar, mañana jueves me voy al Bauen a ver "La venganza será terrible" después les cuento.


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